24 de octubre de 2013

24.10.13

La tinta del bolígrafo se ha secado y ya no marca papeles con tu nombre. Como si te hubiese olvidado o algo por el estilo. Y ojalá. Estoy encontrándome o eso creo, no se. Hace tiempo que no te veo y supongo que eso facilita las cosas. Pero es algo temporal, como la felicidad. Volverás. No a mi, sino a mi vida. Y eso es lo que duele, supongo. La soledad me sienta bien. Sentirme sola es lo que me mata. Me gusta elegir quedarme un viernes en casa, encerrada en mí porque lo que pasa fuera dejó de importarme. Lo que no me gusta es tener que quedarme un viernes en casa, encerrada entre cuatro paredes porque a quien está fuera no le importo. No se, hay diferencia. Yo me habría bebido tu boca a palo seco. Habría saboreado cada milímetro de tus labios como si pudiésemos permitirnos perder el tiempo. Lo habría hecho. Perder el tiempo contigo no me parece tan grave que perderlo por tu ausencia. Estoy empezando a ponerme en pie después de todo. No te acerques. No quiero volver a derrumbarme.

No hay comentarios:

Publicar un comentario