19 de diciembre de 2020

Alfarería







«¿Fue magia
o la quisimos ver por todas partes?»

- Pablo Benavente



Creí que nada estaría a la altura
de algo que no existía
y resonaron en mi cabeza mecanismos de defensa,
eso de retirarse de la partida
por miedo a perder
queriendo ganarlo todo siempre

Reescribí palabras sobre mi piel
esperando que así tuviesen más efecto.


Vi al tiempo pasar 
encerrada en el sótano de casa,
quejándome del vértigo a las vistas desde el ático,
ansiando poder ver la puesta de sol sobre la ciudad. 

Vi al tiempo pasar 
enfocando mi mirada en las huellas que dejaba
convirtiéndome en un ser inmutable
como todo aquello que no respira.


Guardé silencio 
por ser incapaz de ordenar tantos gritos y vasos rotos.

Y esperé como se espera la primavera
después de cargar con un largo invierno 
adherido a los huesos.

Arenas movedizas.

Lluvia.

Desierto.


Continúan las marcas de barro
a metro ochenta y seis de altura.

Ya no elimino ni oculto la mierda;
hago que forme parte del paisaje.
La mierda es a lo que intento dar forma;
el paisaje, mi reflejo.


Crezco un poquito más cada vez que lo pienso
porque veo a quién no quiero volver a ser,
las cosas a las que no quiero volver a tener miedo,
de entre todos, cuál soy,
de entre todas, 
quién sigue encontrando en mi sangre alimento
a quién pertenece el corazón asincrónico que late dentro de mi
a qué responde,
qué busca con tanto ruido.


Nada me ha hecho mejorar,
pero ha llenado de luz una habitación vacía
y he descubierto muebles viejos
justo cuando buscaba lo que no se vende en catálogos.


Quedan pocas palabras bonitas 
porque no las siento.


Y sé que dejé un libro a medias
pero es que sonaba todo igual
y yo ya no era la misma.