23 de septiembre de 2018

Cenizas (audio)




Texto: Cenizas - Sandra Q.
Música: Spirit Cold - Tall Heights



Cenizas





« No estem prop, no ens tenim.
I el món segueix girant,

cadascú amb una història. »

-Murs, Smoking Souls.



No me hables de vértigo
si no has apostado todo
a un futuro
que pende de dos hilos

y lo has perdido.




Al final del pasillo,
detrás del miedo a que nunca vuelvas a aparecer
está el miedo de haber resultado
una completa decepción.

Y no eres tú quien me lo grita
sino el espejo.




Se juntaron las ganas
con la falta de medios
y el resultado fue un adiós
que nunca quise decir.

Que rezo por que tú nunca
quisieras pronunciar.


Pero sonó y desde entonces
todo lo que oigo son pitidos,

como si algo hubiese dejado de funcionar aquí dentro,
como si el mecanismo estuviese fallando.

Algo así como nuestros trucos de magia.


El de desaparecer 
no lo habíamos probado
pero nos ha salido genial a la primera. 


Y nadie nos aplaude.

Y no sé por qué,

si me tragué todo el miedo que me constituye,
si me arriesgué por ti 
como nunca lo había hecho por nadie.

Qué menos que algún tipo de reconocimiento

anta tanta carta boca arriba ¿no crees?


No sé. 




Te quiero porque durante todo este tiempo
se me olvidó que no había finales alternativos.

Viví escena a escena
sin aprenderme el guión
y disfruté de la velocidad
quemándome la cara
cuando nunca me había atrevido

a viajar sin frenos. 


Porque contigo al lado
me he sentido siempre más
y no has dejado hueco para las dudas.

Y ahora parece que te lea
en mis textos de amor propio,
o que te escuche
cada vez que me odio

¿Entiendes por qué me duele?


Has hecho el verano
más verano todavía
entre mis piernas,
mientras imaginaba un invierno a tu lado
que era una utopía desde el principio.

Y aun así firmé.

O firmamos.



Ahora esta habitación se ha convertido
en un pozo de recuerdos
donde me quiero ahogar
en lugar de salvarme.

Cuatro paredes
que albergaban el mismísimo infierno
mientras la ciudad esperaba por nosotros ahí fuera.

Y dónde nos importó una mierda arder.




Cuatro paredes que ahora resucitan 
entre las gotas de sudor 
que nos dejamos olvidadas
y que al parecer fueron suficientes
para apagar los incendios
que algún día se convirtieron en nuestro único propósito.


Un montón de charcos negros

teñidos por las cenizas,
eso es todo lo que queda de nosotros.