14 de enero de 2014

*Silencio*

Hablábamos todo el tiempo y siempre me quedé con ganas de decirte algo más. Miro por la ventana ajena al resto del mundo y es que ya no me importa si todo lo demás desaparece. Se ríen porque no entienden nada. Como siempre. Pero no me importan. Busco entre nubes grises sonrisas brillantes o al menos verdaderas. Pero la lluvia parece haberlas difuminado. Y no se, a veces huir es la mejor solución y puede que esta vez lo sea. Siempre me quedé con ganas de decírtelo un sábado por la mañana con un café caliente entre las manos: <<Si no te gusta esto podemos huir, a mi no me importa, payaso>>. Siempre me quedaré con ganas de escuchar tu respuesta, aunque no dijeras nada. Porque creo que más que tu voz echo de menos tus silencios. Y es que no es fácil encontrar alguien con quien callar y que suene bonito. Ahora dueles como duele un silencio incómodo o un alma vacía. Enero se ha convertido en un lunes continuo que se repite por cada suspiro. Y miro por la ventana ajena al resto del mundo porque ya no me importan. Ojalá todo desaparezca. Y es que no lo entienden. 


5 de enero de 2014

Puntos suspensivos

Todavía me parece imposible encontrarte un fallo, pese a todo. Y es que quizás no lo tengas. No se. Yo siempre defendí que nadie es perfecto y que los defectos nos hacen únicos, pero tu llegaste y arrasaste con todo. Ya no se que creo o dejo de creer. Ya no se que defiendo o incluso si merece la pena defender algo. Solo se que no soy capaz de encontrar ningún fallo en ti y que aun así me sigues pareciendo único, edición limitada, ya sabes. 
Es enero y el frío y la lluvia se siguen acumulando en mis huesos. Ya sabes porqué, no voy a volver a repetirlo. Junio viene a menudo, casi todos los días. Le gusta visitarme por la noche. Igual que tu. Me preguntas por el amor como cuando un niño pequeño pregunta por algo que desconoce. Y yo estoy dispuesta a volver a enseñártelo todo, despacio, con palabras y susurros, sin importar lo que viene después. Y créeme que lo se. Todos y cada uno de los días de verano. De noche. Vendrás, te quedarás y me escucharás. La sábana en nuestros pies y la luna y las estrellas mirándonos. Aguantarás mis dudas, mis tonterías, mis lágrimas. Sabrás perfectamente como secar cada una de ellas mientras acaricias mi cicatrices y después me harás reír. Querré agarrarme a ti y no soltarte nunca. Bromas, preguntas, secretos. Dormir será una pérdida de tiempo si no puedo hablar contigo. Luego llegará septiembre y te irás sin despedirte. Ni siquiera un porqué. Me dejarás tirada haciéndome creer que ni siquiera merezco una explicación. Lo se. Se como sigue la historia. Invierno, lluvia, frío. Tu recibirás clases particulares sobre el amor y yo aprenderé a base de recuerdos. Pero no será suficiente. Nunca lo es. Noches en vela, café y música. La que a ti no te gustaba ahora tampoco consigue hacerme sonreír. Libros por el suelo, dibujos sin acabar, pesadillas. La cama deshecha y sin huellas de ti. Entonces llegará enero. Frío y lluvia se seguirán acumulando en mis huesos, junio vendrá casi todos los días a saludarme y tú con él. Y yo seguiré sin encontrarte ni un solo defecto.