13 de abril de 2020

Resquicio de un invierno sin flores








«somos          con mucho 
la mayor estupidez que podría haber ocurrido, 
y ademas nos encanta jactarnos de ello:
nos colocamos el busto frente el espejo
y nos corremos del susto cada vez que alguien suelta una verdad a cambio.»

- Escandar Algeet






No veo nada.

Está todo oscuro
y tengo frío.

Ya no hay mantas,
ni edredones,
ni pieles que echarme encima.


Lo destruí todo
porque siempre me asustó el calor
por si detrás se escondía un incendio
y sus correspondientes cenizas.


Me dio tanto miedo empezar a notar
que estas cuatro paredes parecían un hogar
que fue impulsivo llamar al invierno
para que volviese.

Y ya está aquí.

Y tú ya no.


Mis inviernos nunca se adaptaron bien
a tu odio a la lluvia,
a tu amor por la luz,
aunque lo intentamos



Al final somos niños inmortales
jugando a ver qué encaja con qué,
como pequeños semidioses
haciendo puzzles en el Olimpo.


Y nadie nos dice que
nunca encajarán las piezas.

Y no aprendemos.


Y vivimos con la eterna esperanza

-tremenda hija de puta-

de que todo haga "click"

y por una vez cobre sentido
todo este huracán de planes truncados,
de historias finitas,
de restos.


Somos auténticos gilipollas
buscando reglas en un universo que nos grita
que vivir consiste precisamente en eso:

vivir


y seguimos sin hacerle caso.