8 de febrero de 2022

Traje a medida









«I see the tender way you touch things
and want to kiss your nose
but I keep my mouth to myself.»

- Clementine von Radics




Intenté no poner nombres
y me encontré buscándole el traje perfecto,
palabras que se adaptaran a aquello 
que todavía no sabía qué era. 

Yo, que hice de la libertad camino,
trataba de delimitarle
de construirnos paredes,
de encerrarnos en bañeras
por pánico al mar abierto,
a océanos de promesas hechas de basura.


Sentí presión entre el pecho y el estómago
y no supe si culpar a las mariposas 
o al vértigo a los finales
pero al final se hizo de día.

Desde entonces me percibo caminando sin parar,
buscando el punto que no llegó cuando tenía que hacerlo,
persiguiendo la estabilidad que temo perder 
y que veo poco a poco desprenderse de mis talones. 


Pedí calma 
porque los huracanes empezaron a susurrarme al oído.
Vi al viento moverse
y me arañó el impulso de despeinarme
de tirarme de cabeza al vacío
sin pensar si lo cubrían piedras o agua. 

Pedí calma porque la alternativa era un aterrizaje forzoso,
la levedad insulsa de una vida que tiende al error y a las ruinas,
al polvo y los muros,
al encierro como muerte. 


Intenté no poner nombres
y me encontré buscándole el traje perfecto
porque reconocía los grilletes
pero llevaba tatuadas las llaves
y su calor fue refugio para los perdidos
mientras esperaba el día en que solo mi piel lo fuera.


Vestía la antítesis de disfraces 
pese a hacerlo sobre una coraza de cristal, 
y yo solo era una niña el día de reyes
abriendo regalos, queriendo jugar,
sin poder disipar la niebla de la mañana siguiente
sin poder adivinar con voz firme lo que escondía detrás.

Me vi hablando sola,
diciendo nombres al azar 
dejando a los adjetivos bailar en mi lengua
hasta descubrir lo absurdo de hacerlo,
lo poco a la altura que estaban las letras 
lo poco real de tanto papel arrugado
de tanta escena revivida, 
de tanto recuerdo asesinado.


Intenté no poner nombres y lo conseguí
pero desde entonces no dejo de encontrar palabras sueltas 
que escribo por si lees 

y descubres el traje a medida que renuncié a hacerte
por negarme a encerrarte en mis jaulas.