10 de enero de 2021

Epitafio a una disonancia











«... mi independencia
se resquebraja cuando la tristeza da un golpe de estado

por eso me esmero cuando escribo:
aquí no quiero que me deseen otra.»

- Ana Pérez Cañamares




Fue un estallido de hielo,
asfixia por exceso de oxígeno,
parestesias de tristeza

Comprenderme desde ti
quedó en un burdo intento de lascivia
un boceto a trozos del mapa sin sentido
de sentidos mermados por tu ausencia.



No intuí tu perfil entre el negro
no palpé tu piel en caricias,
solo me encontré a mi a borbotones
fluyendo como un río de naufragios.

Casi pude oler la madera putrefacta
de historias inexistentes 
porque no encontraron voz,
el tacto del alcohol directo al músculo.  



No encontré el sabor entre tanta espina
pero construí caminos de sangre
hacia mi garganta. 


Hice de mis ojos lagunas;
de mis mejillas, acantilados
y la niebla continuó desdibujando
la colección de lienzos bajo tu nombre.

Convirtió mi dormitorio
en galería de telas mojadas
y pintura corrida,
en almacén de juguetes rotos.

Y mientras tanto
sonaron los acordes
que creí indicios de promesas. 



Todo terminó en mil pedazos
y me descubrí por el suelo reptando, 
intentando diluir en agua
los fragmentos de un pasado 
que nunca quiso tan poco

que encontró su lugar
en el portal de mi casa
y esperó con complejo de futuro
ganarse un hueco en el sofá. 

(Pero el sofá lo había quemado porque seguía oliendo a ti.) 



En segundos transformé placer en miedo
y temblé por ambos.


Caí en un pozo inmenso de vacío 
y reconocí en humedades 
las facturas de haberte tenido entre las sábanas.

A veces sigo encontrando trozos de musgo entre la ropa.




- bendito paso del tiempo -