29 de agosto de 2020

Pánico escénico







«Inventamos excusas,
destrozamos recuerdos y
nos arañamos el pasado.
Pero nos siguen haciendo cosquillas las luces del alba.
Tenga el nombre que tenga.»

- Irene X




Siento que camino por la cuerda floja
que arrastro conmigo un equipaje inútil 
que me acerca poco a poco al abismo,
y una etiqueta con nombres de personas 
que alguna vez creí conocer. 


Siento que camino por la cuerda floja,
que cada paso que doy es en falso
y me araña la decepción
y despierto sobresaltada por fantasmas sin rostro
que vi nítidos alguna vez dormir a mi lado



Yo, que de equilibrio no entiendo una mierda,
me siento encerrada en un circo abandonado
con risas en off sonando de fondo
y un alter ego que me impide volver atrás, 
que ignora mis súplicas de no salir a escena 
porque dice
el espectáculo debe continuar 
pero no me quedan fuerzas. 




Porque solo veo un laberinto de espejos rotos
y eso suma demasiada mala suerte 
para intentar, como si nada, 
amaestrar leones 
que solo quiero que me acaricien con sus garras

que tengan el potencial de convertirme en músculo y hueso,
de gruñirme con sus fauces a milímetros de mi boca,
de salpicarme saliva hambrienta de carne fresca,
y decidan no hacerlo.

Esta vez no.


Porque tengo náuseas,
una visión reducida a un círculo en el horizonte
este disfraz de no-sé-muy-bien-qué que me asfixia,
me vienen grandes los zapatos 
y siento que no puedo volver a tropezar.


Yo, que de equilibrio no entiendo una mierda.