28 de diciembre de 2018

Septiembre (audio)





Texto: Septiembre - Sandra Q.
Música: Girls your age - Transviolet (cover by Julia Price & Ari Herstand)

23 de diciembre de 2018

Septiembre






« Que lo malo de follar contigo
es la dolorosa resaca de todo el tiempo sin hacerlo.»

- Rubén Tejerina




El día que te busqué
no quería estar sola.

La calma después de la tormenta
sonaba a gritos de desesperación
que nadie más oía.

La ansiedad
era un nudo en mi garganta,
el agobio,
mis manos llenas de sangre,
la impotencia,
piedras en los zapatos.


El día que te busqué
solo podía oir una orquesta de martillos
y en tus ojos no estaba mi reflejo
sino la esperanza de que los hicieses parar,
la certeza de que tu podrías poner algo de música
o el mundo en silencio.
Algo que lograse cerrar los míos
y descansar.


El día que te busqué
dejé un reguero de sangre tras mis pasos
y huellas de un 44 que no hacía más que arrastrar,

Nada paró después de encontrarte.


Te usé
como se usa un chaleco antibalas
y te rogué protección,
y besos en las heridas,
caricias en mi espalda,
a ti, que no habías hecho nada.

A mi, que nada me sabía igual.


Proyecté en ti mi complejo de salvavidas
y quise vendas que ocultasen todo,
piel nueva que tapase los arañazos,
puntos de sutura sin alcohol
y olvidé desinfectar el canal.

Y con el calor
el virus se multiplicó,
la sangre se multiplicó,
el dolor se hizo insoportable.

Entonces vinieron las noches en vela
luchando por sobrevivir a él,
y no matarte en el camino.


Lo siento mucho,
por mirarte al dormir
y desearte otra identidad.
Por ser insaciable,
y que no supieses qué hacer.

Lo siento por abrazarte
y desearte otro olor,
por escucharte hablar
y odiar todo lo que os diferencia.

Lo siento por odiar tu nombre
y tu gusto de música
y tu poco interés.

Por no hablar con mi miedo
por no quererme descubrir
y no perdonártelo jamás.

Lo siento porque el peso de tu cuerpo
me hundía cada vez más
y no supe de dónde sacar la voz
para decírtelo.


Lo siento por no encontrar las palabras
y largarme de allí.




Aquí las tienes. 




29 de noviembre de 2018

Metamorfosis





«Lo bueno es que, aunque solo fuese un momento,
les tuvimos acojonados, a mis miedos.
Lo malo es que ellos tenían razón.»

- Escandar Algeet.




He dejado de sentirme estación de tren
para sentirme pájaro
que vuela libre en una jaula enorme, 
y detrás de ella amenaza un cielo azul
que huele a tormenta 
pero nunca rompe a llover.


Nota nº: 8189
Vivir siempre alerta
agota.


Aun así, algunas noches
hay gotas que escapan
y cuando me alcanzan, arden, 
arrasan todo a su paso,

y después hielan.


Un poquito más.
Siempre un poquito más. 
Como si no hiciese ya suficiente frío.


Y del hielo beben cuervos
disfrutando del sabor a sangre,
de los restos de heridas abiertas

y se ríen mientras tanto.


He dejado de sentirme atrapada 
entre cuatro muros
para hacerlo entre quinientas rejas,
con la diferencia de que aquí 
los cuchillos te alcanzan

y todavía alguien lo llamará progreso
como se lo llaman a todo 
lo que en el fondo sigue siendo 
la misma mierda de siempre. 


¿Dónde está el calor que se me prometió al nacer?
¿Dónde el hogar entre tanta ruina?



Sigo intentando construir nidos
dónde acurrucarme en noches frías 
pero sólo acabo masticando cristales
que me cortan la lengua.

Culpa mía por no aprender a distinguir

a quién morder y a quien lamer.


Por nunca aceptar
que toda la saliva del mundo
sigue sin ser capaz de unir cristales rotos.





Que la única saliva que cura es la de una madre
y que la tuya
fue firmar mi sentencia de muerte.

Porque después de todo

es imposible volver a ser la misma.





18 de noviembre de 2018

Belle indifférence




 




«Ojalá ahora que ya no puedes verme,
sea cuando más guapa me imagines.
Ojalá me imagines.
Ojalá me busques en otras bocas;
que busques y busques y me encuentres en todas.
Ojalá te despiertes sobresaltado y acompañado
y que tristemente te des cuenta de que no soy yo,
que no volveré a ser yo,
que entiendas que no puedes encontrar a tu lado
a quien has empujado al olvido.»

- Sara Búho



Te echo de menos, y quiero dejar de hacerlo. Que la alternativa sea otra, me da igual cuál, pero que tú ya no. Quiero que te vayas de mi cabeza porque difuminas mis límites y empiezo a confundirlos con los tuyos y cuando me voy a dormir no se quien soy. Que te largues para dejar de esperar, para empezar a darte por perdido, para digerir todo este nudo enmarañado durante meses y soportar el ruido. Te tienes que ir porque esta ya no es tu casa, yo ya no soy tu hogar, y los cuadro ya hace tiempo que están torcidos y sin forma de enderezarlos. Que la casa ya está vacía y tus cosas en otro lugar. Te echo de menos ya, pero vete, porque no puedo seguir mirando el reloj y haciendo cuentas, porque no te quiero recordar. Desaparece de aquí porque saber que existes se me clava en el costado y no puedo respirar. Déjame llorarte, sangrarte, vomitarte. Déjame echarte de aquí, no opongas tanta resistencia porque me estoy ahogando. Y te echo de menos pero lárgate ya de una vez. No quiero hablarte más.

No quiero escribirte más porque cada palabra es un latido menos,

un día menos,

una semana más. 





11 de noviembre de 2018

Tentativa ucrónica





 « Collecting pictures from a flood that wrecked our home,
it was a flood that wrecked this home.
And you caused it. »

- Youth, Daughter. 





Aquel día llevaba el pelo peor que nunca
acorde con las voces de mi cabeza,
con los latidos de esta maquinaria rota.

Aquel día quise que el sol me dejase ciega,
que el tiempo no existiera,
ser capaz de hablar.


Quise estar en otra ciudad,
ignorar las calles,
que no hiciese viento.


Ser un poco más guapa,
saber hacerte reír,
tener un plan.



Aquel día quise no haber coincidido nunca,
conocer todos tus trucos
para saber que la magia
solo es posible en la ignorancia.


Quise no haber destruido muros,
desaprender a dejarme llevar.





Aquel día quise saltar en el tiempo,
acelerar para ver el final,
suprimir el saludo y la despedida.

Quise que nunca le hubieses dicho adiós a mi cuerpo,
que me volvieras a despertar.



Quedarme allí y volver a intentarlo todo
de mil posturas distintas,
volver a burlarnos del reloj,
volver a proponer un reto 


y destrozarlo.




Aquel día quise por una vez
que fueses tú quien no hablara,
cambiar identidades.


Ser yo la que se fuese
y tú quien se quedara.

Aunque solo con lo último
me habría conformado.





Aquel día quise mucho,
quise por encima de mis posibilidades
y perdí con soberbia,
como la niña que escribe a los reyes magos 
sabiendo que son los padres
pero deseando que no lo fuesen.



Con la entereza de la adulta
que sabe que querer y poder
solo van juntos en teorías legas
y que no va a ser ella
la prueba viviente
de que a veces


tienen razón.






2 de noviembre de 2018

Autoconmiseración



*Autoconmiseración: soliloquio en el cual una persona se compadece de sí mismo como si estuviera reflejándose en un espejo mirando su imagen miserable. 



« I am alone in the night

been trying hard not to get in trouble, but I
I've got a war in my mind »

- Ride, Lana del Rey







A veces cuando lloro
es porque no estoy en este lugar
pero recuerdo que existe.


Se que no acabaste de entenderlo

y este es mi humilde intento
para que ahora lo hagas
porque nunca has estado aquí
y no iba a ser yo quien te invitara.



Y es que de todos los sitios 

en los que me imaginé contigo,
aquí no podríamos hacer el amor
porque no hay ni un poco.

Del propio. 




Nunca has estado aquí dentro,
nunca has sentido este frío,
nunca has visto los colmillos tan de cerca
nunca has escuchado:



“solo


        un


            paso


                   más”.





                          Y fin. 






Aquí dentro los gritos no paran,
el otoño nunca llega,
la sangre tiñe el cielo,
y huele a humedad por las esquinas. 




No sé si la noche nunca llega
o nunca se va,
pero no he visto el día todavía;

y se escuchan lamentos de animales
cuando no hay ningún ser con vida.




Y me incluyo.




Aquí no suena el despertador
porque nadie duerme,
porque no hay nada que hacer,
porque solo se ve el tiempo pasar.
Y una cascada de arena
 nunca cesa

hasta asfixiar, hasta quebrar la voz.



En este sitio se mata por oxígeno

cuando ni siquiera recordamos cómo respirar. 


En este sitio se mata por vivir
cuando estamos todos muertos.




La muerte es la única deidad

a la que venerar
en este cementerio 
de cuerpos desgastados,
de mentes agotadas. 



Y si ahora no lloro es 

porque los llantos
los dejamos para la vida. 


Si ahora no lloro es

porque sólo puedo ver
el tiempo pasar.





21 de octubre de 2018

Intrusiones



« When the night was full of terror
and your eyes were filled with tears.
When you had not touched me yet. »

- The night we met, Lord Huron.




Torpe e insegura
y todavía me abrazaste.
Todavía capaz de demostrarme
que conmigo
ese momento
ese lugar tan en medio de la nada
tenía sentido.

Que tú lo tenias,
y yo también.

Y que nuestra vida
-porque en algún momento fue nuestra,
porque en algún momento se asemejó
a un proyecto tangible entre nuestros dedos-
parecía tener mas o menos claro
el camino
para encontrar el suyo.



Me aferro a tu recuerdo
porque me ha hecho llorar
pero a día de hoy
cuando te me apareces
se me escapa una sonrisa.

Que no tiene tu firma
sino la mía,
pero que eres tu quien la inspira

y sería desconsiderado no hablar de ti
en la descripción de esta obra de arte.



Además hay días que sigues siendo
mi tema de conversación favorito.



Ojalá no me eches de menos
de la forma en que yo te he echado,
nunca cerrando la puerta después.

Ojalá siempre hayas sonreído
al escuchar mi nombre
y algún imbécil te haya preguntado por qué.

Porque seguimos buscando explicaciones a la felicidad propia y ajena
cuando no hay ninguna que la justifique
sino personas.

Ojalá algún imbécil te haya preguntado por qué
y ojalá contestases "no es nada"
pensando "ha sido todo".


Nada es lo que queda.


Ojalá seas feliz al menos un tercio de lo que me has hecho.



Te contaré un secreto:
te acabo de recordar
porque en esta habitación
hace el mismo frío que al entrar en tu coche,
y esta vez no son metáforas.


Y me jode,
me jode saber que tienes esa facilidad 
de aparecer sin mas
igual que para irte.


Me jode que vengas con el frío
cuando te convertí 
en la definición perfecta de verano.


Me jode que estés por todas partes.



Pero quizá es por eso mismo
que con el paso del tiempo
me esté acostumbrando a no saber de ti.



23 de septiembre de 2018

Cenizas (audio)




Texto: Cenizas - Sandra Q.
Música: Spirit Cold - Tall Heights



Cenizas





« No estem prop, no ens tenim.
I el món segueix girant,

cadascú amb una història. »

-Murs, Smoking Souls.



No me hables de vértigo
si no has apostado todo
a un futuro
que pende de dos hilos

y lo has perdido.




Al final del pasillo,
detrás del miedo a que nunca vuelvas a aparecer
está el miedo de haber resultado
una completa decepción.

Y no eres tú quien me lo grita
sino el espejo.




Se juntaron las ganas
con la falta de medios
y el resultado fue un adiós
que nunca quise decir.

Que rezo por que tú nunca
quisieras pronunciar.


Pero sonó y desde entonces
todo lo que oigo son pitidos,

como si algo hubiese dejado de funcionar aquí dentro,
como si el mecanismo estuviese fallando.

Algo así como nuestros trucos de magia.


El de desaparecer 
no lo habíamos probado
pero nos ha salido genial a la primera. 


Y nadie nos aplaude.

Y no sé por qué,

si me tragué todo el miedo que me constituye,
si me arriesgué por ti 
como nunca lo había hecho por nadie.

Qué menos que algún tipo de reconocimiento

anta tanta carta boca arriba ¿no crees?


No sé. 




Te quiero porque durante todo este tiempo
se me olvidó que no había finales alternativos.

Viví escena a escena
sin aprenderme el guión
y disfruté de la velocidad
quemándome la cara
cuando nunca me había atrevido

a viajar sin frenos. 


Porque contigo al lado
me he sentido siempre más
y no has dejado hueco para las dudas.

Y ahora parece que te lea
en mis textos de amor propio,
o que te escuche
cada vez que me odio

¿Entiendes por qué me duele?


Has hecho el verano
más verano todavía
entre mis piernas,
mientras imaginaba un invierno a tu lado
que era una utopía desde el principio.

Y aun así firmé.

O firmamos.



Ahora esta habitación se ha convertido
en un pozo de recuerdos
donde me quiero ahogar
en lugar de salvarme.

Cuatro paredes
que albergaban el mismísimo infierno
mientras la ciudad esperaba por nosotros ahí fuera.

Y dónde nos importó una mierda arder.




Cuatro paredes que ahora resucitan 
entre las gotas de sudor 
que nos dejamos olvidadas
y que al parecer fueron suficientes
para apagar los incendios
que algún día se convirtieron en nuestro único propósito.


Un montón de charcos negros

teñidos por las cenizas,
eso es todo lo que queda de nosotros.





29 de agosto de 2018

Excoriación emocional





« Que mis ganas no sirven para los dos, 
que hacen falta las tuyas.
Y esas no llegan. »

- Patricia Benito



Desde ayer tengo un nudo 
tejiéndose en la boca del estómago
ahora que sé que no voy a poder morder la tuya,
ahora que solo me apetece mantener la mía cerrada
por si se me escapa algo.


Noto la laringe desgarrada
de todo lo que no estoy gritando,
y siento un fuego entre mis costillas
que no sé cómo apagar.

O cómo convencerme para hacerlo.



Porque no quiero.
Porque me dan miedo las cenizas.
Porque nos merecíamos mucho más
que estos restos de circunstancias de mierda
enredados en mis piernas
que ahora me impiden avanzar.


Restos de un fuego
que no se quien apagó
pero le sigo dando vueltas
intentando encontrar un culpable a quien escupir 
y no verme reflejada detrás.


Siento la angustia de mis vísceras
luchando por escapar de aquí dentro,
agotadas de vivir siempre rodeadas de tanta sangre
y las entiendo porque somos iguales,
porque nacimos precisamente para ello.

Para rodearnos de sangre,
de huesos rotos,
de pájaros caídos
y de epidemias de las que nunca saldremos con vida.

A mi también me gustaría escapar.




Hemos acabado siendo
un castillo de arena
que el viento ha decidido tirar por tierra
sin más decoro como diciendo:
“Ahora no, ahora no puedes construirte aquí,
y en otro momento igual tampoco".


Pero la esperanza es una puta
que siempre acecha
con la que ya no quiero dormir
por no descubrirme jadeante y rogando
“por favor, solo una noche más”.

Así que no es una opción aferrarme a ella
para que el insomnio se largue
porque ya no me asusta,
y menos si me asalta con tu voz.




Las velas de cumpleaños
siempre me sonaron a “estás perdiendo el tiempo”
en lugar de a “todo lo que desees puede cumplirse”
y aun así grité que no quería,
como si sirviera de algo,
como si alguna vez hubiera servido.


No sé si que el mundo se porte bien conmigo ahora
significa que desaparezcas
o que no te vayas.

Pero ojalá no te vayas.



Nos quedan muchas ciudades que no visitar,
muchas estrellas que no ver,
muchos trenes que perder
por estar relamiéndonos despacio.


Que no te vayas,

que te quedes un rato más aquí,
que tengo mucho más que darte,
que puedo sorprenderte más,
que soy más, mucho más.


No te vayas.

No me dejes aquí,
Podemos quemarlo todo si nos falta calor.
Todavía no nos hemos fundido lo suficiente.
Que no he tenido suficiente.


No te vayas
porque todavía no me has visto gritar
porque no sabes como soy en invierno,
porque no me has visto odiarme hasta querer desaparecer,
ni quererme hasta que tu quieras hacerlo conmigo. 




"No te vayas",
otra vez, 
como si sirviera de algo. 



17 de junio de 2018

Incendios



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« Desterrado en el suelo, entre el vil griterío,
sus dos alas gigantes no le dejan andar. » 

- Charles Baudelaire




Todo habría sido distinto
si te hubieses dado cuenta mucho antes
de que no necesitabas a nadie que te arreglase.


El complejo de máquina rota
era solo pájaros en la cabeza
creyendo no poder volar
por tener unas alas tan imponentes
que escapaban del campo de visión.


Campo de visión convertido en campo de batalla
y un cielo tan repleto de buitres que
¿cómo creerse águila?

¿cómo deshacer los barrotes de las jaulas
que construyen la armadura?

¿Cómo hacer desaparecer el miedo?



Un valle tan atestado de cuerpos putrefactos
esclavos del qué dirán,
de cuánto gustaré
de "si te sales de la casilla estás muerto".

Y unas ganas inmensas de morir
pero no de que te maten.



Eras más que suficiente
y acabaste siendo amordazada,
silenciada, humillada, despreciada
por quien más te odiaba
y tenias encima.

Por quien alimentabas
y dabas de beber,
y te atormentaba cada noche
con su voz incansable,
con su hambre insaciable
de tripas, de miedos,
de vergüenza, de insomnio.


Andabas por encima de espinas
y clavos, y cristales rotos
porque no veías caminos más simples
o creías no merecerlos.

Y todavía puedes oírle respirar y atormentarte
cuando el ruido guarda silencio.


Todavía se ilumina en tu pecho
y anuncia masacres de todo tipo
por si vuelves a coronarle rey
de este imperio de decepciones.

Propias.



Complejo de máquina rota,
de no funciono bien,
de no sirvo para nada,

buscando en ebay las piezas
que crees que te faltan,
o en escaparates del centro
o en cines, o en libros,
o en tazas con frases ridículas
de optimismo ingenuo
por esa presunción absurda
de que el dinero nos hace más felices
y que todo se puede comprar.


Y si te sientes vacía da igual,
ya te llenarás;
y si te sientes perdida,
ya te encontrarás.

Como si no fuese contigo.

Como si las goteras
no dependiesen, al final,
de uno mismo.


Volvieron los buitres,
-aunque realmente nunca se fueron-
escupiendo flores entre la basura.

Lanzaron piezas por si eran las que faltaban,
y las encajaste a la fuerza
y acabaron soltando chispas,

quemando la piel,

marcando el alma.


Así es como el infierno
encontró cobijo en tus entrañas.

Y luego los muy hipócritas
se quejarán de los incendios.





A mi yo del pasado;
Ojalá no hubieses necesitado de tantos arañazos
para llegar a ser la gran mujer en la que te ibas a convertir. 

22 de abril de 2018

Autorreproches




Imagen relacionada


« And you could have it all,
my empire of dirt. » 

- Johnny Cash



Te fuiste dejando la puerta abierta
y después de muchas sombras
creo que se está empezando a colar
algún rayito de sol entre las nubes.

Si algo aprendí de ti
es que después del frío
siempre llega la primavera.

Si algo aprendí de ti
es que la primavera,
vive dentro de mi.


Asi que ahora te escribo entre flores,
para agradecerte que me hicieras ver
que el camino que estaba labrando a tu lado
daba a un callejón sin salida.

Puede que lo que me duela sea precisamente
que hayas tenido que alejarte para darme cuenta
de mis cabezazos contra el muro
y despertar con la frente ensangrentada. 


Pero no sufras,
ya estoy acostumbrada
a las autopuñaladas.


De entre todo lo que se me da mal destaco
no saber cuándo me estoy haciendo daño,
ser incapaz de perdonarme;
y no mejorar con los años. 


Aunque últimamente,
huelo a mis monstruos
cuando se acercan
y me permito darles la bienvenida.

Se quedan unos días a dormir conmigo,
me abrazan, me besan,
se deslizan con el sudor de mi cuerpo
y me miran fijamente cuando despierto.

Les invito a desayunar
salimos juntos a la calle
y jugamos a tentar a la suerte
rompiendo espejos.


Conozco bien a mis monstruos 
y no les tengo miedo.


Pero a veces se enganchan en mi pelo,
trepan hasta mis ojos,
se instalan allí por unos días,
y lo único que veo son colmillos.

Se alimentan de mis vísceras,
la oscuridad empieza a llenarme los vacíos
y entonces llega el frío.


Y suele comenzar a llover.


Y ya no tengo pieles con las que secarme
más allá de la mía

que nunca aprendió bien a arder.


Acojo a mis monstruos
y el único problema que surge
es que la vida sigue
cuando lo que necesito es que pare;

y respirar.


El reloj sigue,
las oportunidades pasan,
te escupen en la cara que despiertes,
y tú en plena transformación interna.


Una obra de arte en blanco y negro,
incomprendida,
que intentan encajar en un marco que no la entiende
y que no se adapta a los defectos de su tapiz.


Una escultura griega
cansada de gritos y reivindicaciones
que hace mucho se quedó sin ganas
de dar explicaciones a nadie.



Tranquila, no tienes por qué hacer vibrar 
tus cuerdas vocales.

Preocúpate por hacer vibrar 
ese músculo que bombea sangre,

porque si se atrofia,


estás jodida.




19 de marzo de 2018

Ahora te tengo a ti





« De que sirve 
tener tantos pájaros en la cabeza
si ninguno sabe volar. »

- Lena Carrilero



Lo siento si esto te excluye de mis planes,
pero estoy cansada de cicatrices
que nunca cierran
y que cada vez se hacen mas profundas.


Lo siento, de verdad,
si no te di la despedida que esperabas
pero me prometí no entrar en guerras
una vez ya está todo perdido.

Y si contigo todavía tenía posibilidades
acabaste con todas mis ganas
cuando te inundaron tantas dudas.


No luché por ti
porque de pequeña me enseñaron
a hacerlo por mis sueños 
y no por quien me los quita.


Por eso me alejé y ahora lo siento,
ahora la siento:
el viento en la cara y la libertad.


Hay un chico
que nunca me quitó la ropa
pero al que cada vez que veo
gimo suave al oído.

Y él sonríe sin saberlo.


Un poeta que se quedó sin dioses
a los que rezar
por no saber cómo desabrochar
los botones de mi camisa.


Un niño asustado
que nunca quiso querer
y acabó rogando que le quisieran
pero al que no quise.


Un hombre que me lo supo quitar todo
menos la venda de los ojos
y acabó ahogado en sangre
y cristales rotos
por no dejar que le enseñase el camino.


Y luego está ella
al fondo del pasillo
sin entender
por qué no le dejo acercarse,
por qué le tengo tanto miedo.




Hablo de la chica de detrás del espejo,
de la atormentada por las pesadillas
y por vivir una mala década.


Hablo de la loca,
de la que nadie quiso,
de la musa de tantos.
Aquella que se levantó un día gritando
que no quería ser poesía
y empezó a escribirla toda.


Niña intangible,
mujer quimérica,
ahora te toca a ti.

Ahora te tengo a ti. 


Recoge las migas de pan de los caminos
que no te llevaron a ningún lugar
y alimenta a tus pájaros con ellas.



Hazles fuertes y empújales al vacío
de una vida en la que sólo tú
pones las reglas.