4 de marzo de 2014

04-03-2014


A veces no entiendo el mundo o igual es él quien no me entiende. Juro que creo volverme loca. Dejo de ser yo, dejo de ser alguien y simplemente muero mientras miro por la ventana. Y si, respiro, se que respiro. O al menos lo intento. Noto como las heridas se dibujan solas sobre mi piel y es que hay palabras que arañan más que unas simples manos. Y me pregunto qué sentido tiene todo, que sentido tiene la vida si solo tratamos de sobrevivir a las personas o al menos de no hundirnos. Y la gente se te tira encima con tal de hundirte; y de ahogarte. Dime que sentido tiene levantarse de la cama si cuando vuelvas a ella solo vas a querer olvidar. A mi, que siempre odié perder el tiempo, a mi, que siempre odié tener que olvidar, explícame en que me estoy equivocando para estar perdiéndome tan poquito a poco pero tan rápidamente. Igual no fui yo quien se cansó de sentir, quizás los sentimientos se cansaron de que yo no supiera manejarlos. Igual no soy yo quien ha perdido la imaginación, igual ella decidió perderse antes que quedarse en mi cabeza rodeada de tanta oscuridad. Y no la culpo. Elegí la ignorancia porque pensé que llevaba más rápidamente a la felicidad. Ahora la vida podría darme todos los avisos que quisiera y yo no llegaría a entenderlos. Pero ¿Sabes? Solo quiero deshacerme de ella, como Peter Pan. Quiero que se separe de mis talones y me deje vivir. De todo el mundo, es ella a quien más temo. 


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