24 de marzo de 2014

Amor es...



<< ¿Qué pasa ahora? ¿Qué hago yo con todo esto? >> Preguntó perdiendo su mirada entre las palmas de sus manos. << Temo que la vida se me haya quedado demasiado grande... >>. Masculló en un breve gemido que logró desencadenarse de sus lágrimas. Y le miró a él, que todo lo cura, que teje el olvido con sus agujas viejas, que por una vez parecía estar a su favor y no en su contra.
  La caricia de su mano helada le hizo cerrar los ojos y dejarse llevar. Comenzó a secar sus lágrimas una por una, como acariciando el dolor y el sufrimiento que emitían. Y es que él sabía que cualquier caricia en esos momentos era como echar sal en las heridas. Y es que ya no era él quien se las daba. << ¿Por qué tienes tanto miedo? Me encargué de quedarme a tu lado par hacerte fuerte. Tropiezas y logras estabilizarte, pero una vez que caes tu misma te encargas de atarte de pies y manos. No puedes esperar que alguien quite todos los candados que tu sola te has puesto >>. Ella abrió los ojos como asustada, con la misma cara con la que se levantaba últimamente al no ver aquellos ojos marrones a su lado. Lo que quedaba en su pecho se había calmado y ahora sus palabras luchaban por revivir << Él podía, él quería... >> Una breve carcajada se escapó de la garganta de aquel hombre de ojos negros. << Claro que él podía, cualquiera puede... pero ¿de que hubiese servido eso? Te hice nacer libre, si me interpuse fue porque no podía permitir que tu libertad dependiera de él. >>.  << ¡Pero de eso trata el amor! ¿O no? >>. Silencio. El miedo volvió a inundar su rostro como una ola que se lleva con ella restos de castillos, de princesas y de sueños. El hombre le sonrió con la dulzura con la que se sonríe a los más inocentes. Pasó su mano varias veces por su pelo ya canoso y le miró como advirtiéndole de que lo que venía era lo más importante que había enseñado en mucho tiempo. << El amor no trata de nada, el amor se hace, se escribe, se relata y se enseña. El amor es el brillo de una mirada, el sabor de unos labios o el calor de una caricia. No tiene forma ni sentido, es locura y éxtasis, y también lágrimas y sufrimiento. Eres tu, libre y sin miedo. Y también era él en susurros y sonrisas. El amor es original y diferente, y si es como el resto no es amor; es mentira. Y como las mentiras, siempre se acaba descubriendo >> Y se despidió con una última caricia helada de esas suyas, cerrando la puerta con la fuerza de un "lo siento" y un guiño cómplice. Y ella esperó a ver amanecer por su ventana, viendo amor en cada nube, en cada rayo dorado, en cada aleteo torpe de los pájaros y en cada caricia que el viento regalaba a los árboles.

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