10 de septiembre de 2013

Perdóname por pensar que mereces a alguien mejor. A alguien, no se, que te escriba. Alguien que te quiera con el corazón y sin la cabeza, y no con otras partes de su cuerpo. Y siento hacer esto así, de esta forma y en este momento pero me pilló por sorpresa y dolió mas de lo que pensé que dolería. Intento imaginar lo que se siente al tener el corazón roto y no es porque no lo haya tenido antes, solo que después de los veintisiete días sin ti decidí que bloquear los sentimientos sería una elección inteligente. Y es que empecé a destruirme. O igual eran tus recuerdos los que me destruían. Tus palabras, no se. Ya da igual. No quiero que  ahora me recuerdes. Y odio querer que seas feliz con ella porque me siento como la mayor cobarde del mundo por dejarte escapar de nuevo, pero es que ya no se ni como hacer que te quedes. O como hacer que quieras quedarte, porque dudo que quieras. Ya sabes que nunca serví para esto pero estaba dispuesta a aprender o a que tu me enseñaras. Y no confundas esto con celos. Solo pensé que había dejado algo de huella en ti, poca pero la suficiente para que me recordases. Pero tranquilo, no importa. Ya nada importa.

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