17 de junio de 2014

París



Hoy he estado lo más cerca de pasar página, de cambiar de libro pero ya hace tiempo que me di cuenta de que igual mi forma de quererte es de ese tipo que nunca muere, que se supera pero permanece, y es que juro que sigo pensando que no fue casualidad y que fuiste el cambio más importante de mi vida, la muerte mas triste y el renacimiento más exitoso que he tenido nunca. Un fragmento de lo nuestro, nuestro final nunca escrito ha hecho posible que pueda escribirte a estas horas... y me estremece pensar lo que conseguiría narrandolo todo desde el principio, pero eso no sucederá. Todavía no he encontrado las palabras adecuadas y, bueno, también de alguna manera me gusta que seas mi secreto. Aunque ya llegue tarde, no quiero que nadie más te descubra.


Hoy retomo el viaje que lo empezó todo, payaso. Prometo acordarme de ti mientras todos duerman. Prometo acordarme de ti en cada rincón de mi soledad. Lo prometo, payaso. Y es que nuestras historia sigue, por separado y con actores secundarios pero sigue. Siempre estaremos unidos de alguna manera y esa ciudad lo sabe.


Siempre nos quedará París, payaso...     





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