4 de mayo de 2019

Hambre




«Qué guarrada el amor contigo;
pero qué puto asco sin ti.»

- Ana Barrero




No quiero apartar la mirada ni un segundo
porque vienes con garras de depredador,
yo con las uñas afiladas,
y estoy muriendo de ganas por despertar con tu cabeza en mi pecho.

Que me beses.


No puedo dejar de mirarte e imaginar
que encierro tu cara entre mis dedos
para devorarte
empezando por el cuello

y terminando por relamer tus labios.


Porque he olvidado tu sabor
pero no las ganas de hacer todo lo que esté
en mis manos
para recordarlo.


Quiero rasgarte la piel,
indagar en tus trincheras,
construir mi hogar y quedarme a vivir ahí
calentita.

Pagar mis deudas pendientes contigo
por todo el amor que me has dado,
por el que me has hecho
y por el que me estás haciendo crear.


Así que déjame follarte hasta no aguantar más
porque puedo darte muchas otras cosas
pero ahora solo quiero
que nuestros animales se entiendan. 

Déjame follarte hasta que tú no puedas más
y dormir otra vez,
y despertarnos y seguir viéndonos ahí,
sabiendo que no te vas a ningún lado,

que si lo haces vas a arrastrar las ganas de volver
y quemarte
y prendernos fuego mil veces más
sin consumirnos.

Porque tenemos para rato.


Déjame fundirte y convertirte en saliva y sudor,
dudar entre el límite de tu cuerpo
y el límite del mío,
escuchar nuestros latidos cabalgar como caballos,

cabalgarte
sin saber bien hacia donde,
sin importarme,

porque joder qué espectáculo y qué vistas
tus piernas enredadas con las mías
y mis jadeos ahogados en tu clavícula.


Quiero descender por tus costillas
utilizar mi lengua para deslizarme por trampolines
que no me lleven rápido a ningún rincón de tu cuerpo
porque me gustas lento

porque quiero recordar todos los detalles
porque quiero guardar, ahora sí, este sabor
y que no se vaya nunca de mis labios
ni esta escena de la cabeza
ni tus dientes de mi espalda.



Parecer serpientes reptando en busca de alimento
restregándonos piel con piel
arañándonos contra las piedras del otro
y seguir queriendo más

porque el hambre se intensifica contigo delante
o contigo a mis pies
o contigo detrás.



Llevo meses hambrienta
vagando por sabanas
repletas de animales
demasiado fáciles de matar

y ya sabes lo mucho que me pone una guerra visceral
como para rendirme
ante cualquier bestia
que me ofrezca un par de huesos que morder.






No hay comentarios:

Publicar un comentario